En los capítulos 12 y 13, Pablo ha mencionado varios componentes bastante generales de la voluntad de Dios, “buena, agradable y perfecta” que deberían caracterizar a los cristianos cuyas mentes están siendo renovadas a través del poder del evangelio. Ahora Pablo trata un tema específico propio de la iglesia romana: una división entre los que él llama los débiles [en la fe] y los fuertes; Romanos 14:1,2; Romanos 15:1. Estos dos grupos están discutiendo sobre si los cristianos deben comer carne; Romanos 14:2,6,21; observar días festivos religiosos; Romanos 14:5,6; y posiblemente, beber vino; Romanos 14:17,21.
No podemos identificar con certeza a estos dos grupos. Algunos paralelos con las palabras de Pablo en 1 Corintios 8:10 llevan a algunos eruditos a pensar que Pablo trata aquí el problema de si los cristianos deberían comer carne sacrificada a los ídolos. Otros creen que el debate es sobre si es adecuado o no seguir ciertas prácticas ascéticas que han sido adaptadas de religiones paganas.
Pero el énfasis de Pablo en Romanos 15:8–13 sobre la importancia de la unidad entre judíos y gentiles —un tema persistente en toda la carta— sugiere, en cambio, que la división se originaba en la insistencia de los cristianos judíos en mantener algunas ordenanzas, concretamente las relacionadas con los alimentos. Como otros piadosos judíos en ambientes gentiles; Daniel 1:8–16, muchos judíos cristianos de Roma aparentemente habían decidido abstenerse de comer carne (y quizás de beber vino) por temor al contacto con la idolatría.
Esto es un extracto del estudio publicado. Si lo desea obtener completo, le facilitamos la descarga.
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