Salmos 46:11
Nuestro refugio es el Dios de Jacob…
Cuando Dios se dispone a brindarnos refugio, este se convierte en inaccesible para cualquiera, salvo para Dios. En este salmo se exalta la capacidad de Dios de afrontar amenazas procedentes de la naturaleza y de las naciones.
Fue escrito cuando Jerusalén se encontraba bajo la amenaza de ser tomada por el rey asirio Senaquerib. Con motivo de tal amenaza, Dios decidió convertir Jerusalén en un refugio para su pueblo. Aunque otras naciones cayeron bajo el poder del rey de asiria, Jerusalén fue inaccesible; «No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte«, 2 Reyes 19:32.
Si Aquel que dirige a los ejércitos del cielo está a nuestro lado, ¿quién puede oponerse a nosotros con éxito?