Aunque debemos luchar por hacer que la verdad de la palabra de Dios sea clara para las personas en las situaciones en que se encuentran, no necesitamos, como tampoco Pablo, manipularla para hacerla eficaz, pues la palabra de Dios alcanzará los objetivos por los cuales Dios la envía; Isaías 55:10,11

El apóstol no tenía intenciones malas ni bajas, recubiertas con pretensiones superficialmente equitativas y buenas. Un comportamiento honesto le servía para acreditar su apostolado y trabajo ante la conciencia de los hombres.

Cualquier hombre mediante la conciencia sabría si la conducta del apóstol y sus colaboradores era impropia o por el contrario honesta, y a ella esta dispuesto a someterse sin temor, pues el que anda en la verdad no tiene temor alguno.

Esto es un extracto del estudio publicado. Si lo desea obtener completo, le facilitamos la descarga.

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