Bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano; 1 Samuel 25:33
Como dice el apóstol Pablo, escribiendo a los hermanos de Corinto, hay cosas que acontecen como ejemplo, y escritas con un fin; 1 Corintios 10:11. Este es el caso de Abigail, de quién Dios habla como ejemplo de una mujer sensata. Cuando ni su propio marido le dio valor, Dios se encargó de revelar el valor de esta mujer sensata, de la cual Dios da testimonio desde un principio, diciendo de ella que era mujer de buen entendimiento (inteligente, sensata); 1 Samuel 25:3.
Abigail encarna perfectamente a la mujer sabia de Proverbios 14:1; “La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba.” Esta es la antítesis de la mujer de Job. Fue por su sensatez, cualidad infravalorada, que Abigail se convirtió en agente o instrumento de Dios, siendo una sencilla mujer de su casa; “Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases”; 1 Sam 25:32.
¿Por qué una mujer sencilla no puede ser un agente de Dios? Esta escritura sagrada demuestra que si, que lo puede ser. La sensatez (buen entendimiento) está al alcance de cualquier mujer, y es tipo de la iglesia fiel; “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes (gr.φρόνιμος frónimos, indica inteligencia, y se traduce como prudente, sensato) y cinco insensatas.” Mateo 25:1,2.
Por su sensatez, Abigail tenía capacidad resolutiva. “Ahora, pues, reflexiona y ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso, que no hay quien pueda hablarle”; 1 Samuel 25:17. Dice Romanos 12:21, “…vence con el bien el mal”. Así lo hizo Abigail, “Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen a mi señor“; 1 Samuel 25:27. La acción sensata de Abigail trajo paz sobre su casa, en lugar del mal que ya estaba resuelto, “…Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto”; 1 Samuel 25:35.
Una mujer sensata sabe como vencer el mal.
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