Este es el quinto tema sobre el cual consultaron los corintios, la ofrenda para los santos. Dice para los “santos,” más bien que “para los pobres,” para recordar a los corintios que lo que daban era para el pueblo del Señor, hermanos suyos en la fe. Hacia fines de la existencia nacional de los judíos, Judea y Jerusalén sufrieron varias persecuciones que en parte afectaron a los cristianos judíos; Romanos 15:26; Hechos 11:29,30.

La comunidad de bienes que hubo entre ellos proporcionó alivio temporal; Hechos 4:32,34,35, pues tras las persecuciones llevadas a cabo, algunas por el mismo Saulo, los cristianos residentes en Jerusalén y Judea empezaron a tener problemas de abastecimiento, ya que aquellos que compartían con ellos todo, poco a poco fueron abandonando Jerusalén; Hechos 8:1. Fue un hermoso fruto de la gracia que aquel que mediante la persecución les había privado de todo, fuese el primero en esforzarse por el alivio de ellos; 1 Corintios 16:1 “…haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia”.

Las iglesias de Galacia y Frigia fueron las últimas visitadas por Pablo antes de escribir esta epístola. Estaba ahora en Efeso, y había llegado allí luego de haberlas visitado. Se entiende que el apóstol no se había callado en Galacia en cuanto a las ofrendas para los pobres, por la intimación hecha en su epístola a aquellas iglesias; Gálatas 2:10.

Esto es un extracto del estudio publicado. Si lo desea obtener completo, le facilitamos la descarga.

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