2 Corintios 9:15

¡Gracias a Dios por su don inefable!

Nada puede ser más gratuito que un don, pero el don de Dios, además de ser gratuito, es inefable, es decir, indescriptible. Se considera un don aquello que se da, y eso fue lo que Dios el Padre hizo, dar a su santo Hijo Jesús, como está escrito, «…no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros…»; Romanos 8:32.

Como exclamó el apóstol Pablo, no hay palabras para describir (inefable) un acto así. ¿Qué es más preciado para un padre que un hijo? ¿Podía Dios dar algo de mayor valor que su hijo? Desde luego que no, pues nada es de mayor valor.

Puesto que no existen palabras para describir lo que Dios ha hecho, como receptores del don, mostremos gratitud ante Dios, como quienes tienen en gran estima tal acto de amor. Mostrar gratitud, es sinónimo de reconocer el valor del don que se nos ha otorgado.

Más versículos