Salmos 31:15

En tu mano están mis tiempos

Nuestro devenir de la vida discurre a través del tiempo, según expresa sabiamente el predicador en el libro de Eclesiastés, “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”; Eclesiastés 3:1. Al decir, “en tu mano están mis tiempos“, David estaba expresando simplemente su creencia de que todas las circunstancias de su vida estaban bajo dominio de Dios.

La mano de Dios no es el lugar en donde somos inmunes a las dificultades de la vida; es el lugar donde nos suceden; nuestra seguridad no es aparte de la dificultad sino en la dificultad. Mis tiempos (heb. et עֵת) es una alusión al curso de la vida. Desde que nacemos, hasta que morimos el tiempo actúa como un indicador del designio y voluntad de Dios. 

David reconoce que el tiempo es algo que no sólo manejamos nosotros, sino que Dios maneja, con excelencia y eficiencia. Sabe bien que tanto los tiempos de tribulación como los tiempos de triunfo están en la mano de Dios. No ignoremos que los tiempos de nuestra vida están bajo la potestad de Dios, cualesquiera estos sean.

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