Salmos 58:11

Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra

El dogma general de la mayoría de los hombres es totalmente contrario al que expresa el salmista, pues se puede oír con frecuencia que si Dios existiera haría justicia en la tierra, afirmando así dos cosas al mismo tiempo, por un lado que Dios no existe, y por otro que esa es la razón por la que no hay justicia en la tierra. Este es un dogma completamente erróneo y el salmista se encarga de corregirlo afirmando primero que hay Dios y segundo que juzga en la tierra.

Solo el necio (irracional) puede decir que no hay Dios, pero la ignorancia al respecto, es fruto no de la falta de intelecto, sino de su condición moral corrompida. La impiedad es la que no le permite a los hombres en general reconocer la existencia de Dios, ni siquiera por medio de las cosas creadas, evidencia de su eterno poder y deidad.

La justicia por otro lado es algo que podemos esperar de Dios sin temor a equivocarnos, porque en esencia Dios es justo y por ende hace justicia. Esto convierte además a Dios en Juez, y como dijera Abraham »El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?», Génesis 18:25. Podemos decir como el salmista »ciertamente hay Dios que juzga en la tierra».

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