Juan 14:27
Mi paz os dejo…
La paz es uno de los dos legados que Jesús nos dejo, además del Espíritu Santo. Muchos legados son “dejados”, que nunca son “dados” a los legatarios. Pero Cristo es el ejecutor de su propio testamento; la paz que él “deja”, la “da”. Es la paz que en nuestro interior surge de un sentimiento de pecado perdonado y de reconciliación con Dios. Que planta y mantiene por su Espíritu en nuestros corazones.
Jesús la denomina mi paz, porque es quien pagó el precio por el perdón de nuestros pecados, los cuales demandaban justo castigo, el cual fue sobre el, para que tuviéramos paz; Isaías 53:5.
Jamás el mundo podrá dar esta paz, y mucho menos como legado, porque tiene un único ejecutor, Jesús.