Mateo 6:34
Basta a cada día su propio mal…
Con esta máxima Jesús trata un problema que ocurre en el común de los mortales, como es la preocupación, que causa ansiedad, tensión y presión. En ella Jesús advierte, que es suficiente la dificultad o aflicción que cada día trae consigo. Añadir más tensiones a las que ya de por sí el día trae consigo, no es necesario.
¿Por qué preocuparnos por el día de mañana, cuando el día de hoy aún no ha terminado?, ¿podemos acaso asegurar que viviremos mañana para así preocuparnos?, ¿aquel (Dios) que cuida de nosotros no sabe de que tenemos necesidad y provee para nuestro cuidado?
Que nos preocupan las cosas cotidianas de la vida es un hecho, pero vivir preocupados no va a cambiar lo que es propio de nuestro vivir cotidiano. Si Dios alimenta a las aves, y viste a los lirios del campo, ¿que no hará con nosotros que también estamos bajo su cuidado? Vivamos confiados de que Dios no nos fallará en lo referente a nuestro cuidado.