Mateo 25:6
Viene el esposo…
La necesidad de vigilancia y preparación es algo que Jesús ilustró de manera excepcional a través de esta parábola, en la que la figura del esposo ocupa el lugar principal. El esposo representa claramente a Jesús, a quién la iglesia espera, representada por las vírgenes prudentes, en griego frónimos φρόνιμος que denota a alguien sensato, precavido.
Solo aquel que es prudente está preparado para tan esperada reunión. El encuentro con el esposo a medianoche ilustra un momento inesperado y de oscuridad, subrayando la sorpresa con la que vendrá el Señor Jesús. El énfasis del relato está en estar listo cuando Jesús regrese.
La espera se ha alargado en el tiempo, y a producido cansancio y sueño espiritual, pero el momento tan esperado de escuchar la voz de un heraldo celestial proclamando: !Aquí viene el esposo; salid a recibirle¡, se está acercando. El tiempo para «buscar aceite» es escaso. Despiértate, tú que duermes para que no te sorprenda el Señor.






























