2 Pedro 3:9
Toda promesa de Dios está sujeta a un tiempo (momento) determinado para su ejecución. Dios no pone sus promesas en una lista de espera, como si no pudiera dar a vasto. Las promesas de Dios no sufren ningún tipo de retraso por falta de facultad; no desfallece, ni se fatiga con cansancio.
En la ejecución de todas sus promesas, Dios actúa de acuerdo al tiempo en que debe hacerlo. Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo, y a su tiempo hará también lo que le queda por hacer.
Acabará todo lo que ha determinado, no dejará nada por hacer.