Isaías 54:8
Tendré compasión de ti…
Aunque la reprensión de Dios es necesaria, y aplicada, no es menos cierto que la compasión también lo es. El contraste entre lo uno y lo otro es evidente en este texto. Mientras que la reprensión (ira) es por un momento, la compasión es según su misericordia eterna.
Es cierto que mientras la reprensión dura, una profunda tristeza nos embarga, como dice contextualmente el profeta, «como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová»; Isaías 54:6. En la reprensión también surge el abandono completo, aunque no de forma permanente, «por un breve momento te abandoné»; Isaías 54:7.
Tras un espacio muy breve de tiempo (momento) de reprensión, Dios tendrá compasión de ti y/o de mi. Lo demostrará retomando la relación que tras la reprensión fue abandonada; «te recogeré con grandes misericordias». Nunca habrá reprensión sin compasión.