Isaías 54:17
Ninguna arma forjada contra ti prosperará…
Las armas son forjadas con el propósito de destruir. Aunque el lenguaje puede ser interpretado de manera literal, bien puede interpretarse también dentro del lenguaje figurado. Bajo este tipo de lenguaje las armas ya no son las ordinarias de guerra, sino aquellas que como la lengua también pueden destruir.
En este texto hay una combinación de lo uno y lo otro. La lengua aparece como instrumento destructor, pues se cita diciendo: «condenarás toda lengua que se levante contra ti». Esta destruye a los adversarios por medio de falsas acusaciones y descalificaciones, siendo fácil de usar. Esto la convierte en un arma muy eficaz.
La promesa de Dios es que ninguna arma (convencional o no) conseguirá sus objetivos contra nosotros. Herir no es el objetivo de las armas, sino destruir, y esto es algo que ninguna arma podrá conseguir.