Sofonías 3:19
Recogeré la descarriada…
En Deuteronomio 22:1 leemos lo siguiente: «Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano». Es un deber cristiano y humano el prestar ayuda cuando ves una necesidad en tu hermano. Pero, la realidad es otra bien distinta. Somos propensos a negar ayuda a los extraviados y descarriados.
Muchos descarriados mas bien lo que experimentan es el oprobio, es decir, viven en silencio su afrenta, su desgracia y deshonra, sin que nadie les ayude. Algo semejante experimentaban los habitantes de Jerusalén, a los que les profetiza Sofonías.
Es a estos descarriados y a otros como ellos que Dios se dirige, expresando que no les negará su ayuda. Cuando Dios ve el oprobio del descarriado o extraviado no mira para otro lado, sino que se dispone a recogerlo. Su voluntad es devolverlo al redil, del cual se ha extraviado.